Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
Si me has convertido deja mi cabeza convencida en ser una pared de ladrillo, con dos ventanas para destapar tu seductora indiscreción, para irrumpir en tu provocadora ingenuidad -qué mal finges, y qué bien te queda-