Baila, baila,
ardiente arena,
sereno mar
baila tango en la orilla mojada,
agitada espuma, impasible roca;
baila,
baila en la orilla
entre dos cuerpos mojados.
Baila,
incansable brisa,
baila conmigo y
sigue las olas
que no hacen sino bailar;
baila, baila
fría arena, ardiente mar;
baila conmigo, ola serena,
o al menos déjame bailar.
Bailan, gotas de agua
sobre tu cuerpo van a bailar;
y tus ojos serán la arena
y tu piel ardiente mar,
porque hoy voy a bailar,
bailar, a la orilla del mar.
Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
viernes, 15 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Sueño
Hay noches que duran más de lo que se supone; esas noches en las que el reloj da su bendición y duerme, olvidando en su sueño hacer correr los minutos que siempre sentencian al fin a los momentos más hermosos. Y, como si de una bula se tratase, pase lo que pase en ese tiempo dormido siempre se alcanzará el cielo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)