Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
Ha llegado el silencio a mi cuerpo; alguien asesinó a la culpa. Todo se despeja y puedo ver cristal; veo blanco, y verde, y negro, y me veo, y soy ahora menos ciega que antes. Han vuelto los sueños a mi cama tal vez, pronto, a mi cabeza.
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