Me resulta dulce esa tendencia de mis dedos hacia la armonía. Al equilibro, a la completud, a esa belleza en cierto modo fugaz y eterna a grandes rasgos. Me gusta la dulzura del simple desear, sin saber, del necesitar, del creer en una tierna estabilidad, suave y constante.
¿Sabes...?
Se parece mucho a ti.
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