Esas sábanas empapadas en sudor, arañadas, aferradas con desesperación en la búsqueda de una verdad que nunca acabe...
No sé si llegaste a escucharlo. El réquiem de mi cordura, que firmó su sentencia con aquel último adiós, con aquella sonrisa de medio lado que tan dulce le hacía parecer.
¿Valor?
¿Valor...?
¿Es que fuimos valientes alguna vez?
Somos una. ¿Pero quién somos?
¿Dónde está el camino?
¿A dónde?
¿Sueños?
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