La blancura de cada movimiento descansando sobre mi espalda. Notas elegantes que danzan sin ritmo, pero a tiempo.
Y todo está en penumbra; todo es cálido.
Crece, y encuéntrame. Cree en mí, y encuéntrame.
Desiste de mí, y ámame. Por esa forma que tengo de dejar de ser yo, de salir de mí,
-de mí, sin límites-
ámame para poder no amarte, para ser constante, para tenerte, para ser tú en mí, en todas las cosas que podemos ser y que llevamos sobre la espalda. Para amar con esa elegancia de quien no pretende nada.
Con la finura de la arena,
la suavidad del cristal,
la blancura del marfil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario