Esas líneas no son firmes, no son bellas, no son fieras, pero se trazan. Y permanecen en el papel.
No vas a borrarme, Bestia. No vas a llenar de tinta mis ideas. Deja de arañarnos, vuelve a sentarte conmigo a mirar cómo nace el mundo cada mañana. Exactamente en el mismo sitio. Exactamente en la misma piel.
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