A veces todo mi ser se aúna en una única y mala, malísima idea. Y retener los músculos, morder la piel, arañar la idea hasta hacerla volver atrás es tan doloroso...
A veces te entiendo, Bestia mia. A veces nos parecemos.
Tal vez seas tú quien me estira hasta hacer irreconocible la pesadilla.
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