Podrías matarme una y otra vez, y te conformas con meterme en tu boca de gigante y asustarme entre tus dientes. No sé para que has vuelto. ¿A qué vienes? Mi tú que es yo, todo lo que yo soy, mi Bestia infinita de mil caras, estás volviendo a clavarme el miedo aguja por aguja.
Déjame en paz. Ya no somos como antes. Hay cosas en el mundo que no tienen sentido y tú estás al borde de ese abismo; si no quieres la tregua tendré que ponerme violenta contigo.
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