Mundo mudo

Si el mar se sonrojase por las cosas que pensamos y dijimos junto a él entonces...
De siempre amé, amamos el mar, el mar azul y gris y negro, el mar color cielo pero en real.
Siempre hemos amado el mar. Tu no lo puedes romper, bestia, yo no le puedo mentir, y somos felices así.
A veces se retuercen sus entrañas y la tormenta llega por haber jugado con el tiempo, y todo es extraño y el mundo no es mudo ya.
Y luego recuerdo tus, sus, mis besos (eran para mi)
y ya hay silencio de nuevo.

Para ti son nervios y a mi me estalla 200 veces el pecho por minuto

Es el rumor del mundo el que carcome el reloj. El que desvirtúa las horas en minutos si suena risa, si es preciosa, si llueve y el café está caliente; se acelera el tiempo y se rompen corazones con cierta elegancia de latir fuerte contra su prisión de huesos finos que sólo quieren retenerlo para que los minutos se empaqueten en una vida entera.

Qué fue de mi en la nueva realidad

Las cosas que no hicieron BUM son las que permanecen. Heridas sin cicatrizar en un devaneo de obsesiones, de obsesión, de LA OBSESIÓN.

Dormir contigo. O dormirme contra ti, pegada a ti, sabiendo en mi dulce inconsciencia quién eramos tú y yo. 

Nada sabré hasta que vuelvas. 

Entretanto, recordaré tu olor.

Una forma de reflejarse

Cuando te sientas preparado sienta la cabeza y piensa,
con tu mundo emborronado,
con la luz de las cosas entornadas,
en cuál es tu perfil desdibujado
-tu perfil silencioso-

Las cosas que renacen y dan miedo

Podrías matarme una y otra vez, y te conformas con meterme en tu boca de gigante y asustarme entre tus dientes. No sé para que has vuelto. ¿A qué vienes? Mi tú que es yo, todo lo que yo soy, mi Bestia infinita de mil caras, estás volviendo a clavarme el miedo aguja por aguja.
Déjame en paz. Ya no somos como antes. Hay cosas en el mundo que no tienen sentido y tú estás al borde de ese abismo; si no quieres la tregua tendré que ponerme violenta contigo.

Cuanto más te pienso más hermosa eres

Mientras mis ojos se complican el mundo se relame en una explosión de simpleza. Sencillo: sigue el camino. Déjalo crecer como el futuro sin plantear, sin trazar, desdibujado y pintado de color verano.

Reencarnarse

Las cosas fugaces que se rompen por su propia velocidad están condenadas a esperar un nuevo hilo de tiempo.