Días por venir

Cinco minutos de arena
seis meses de sal.



Hoy Bestia duerme, sencilla en su piel más humana.

Segundo inexacto para la Bestia

Lo mejor que el mundo otorga
en el peor de los momentos.
Y me desvela. Como tú, Bestia. Me atenaza y me devora como un reloj, más hermoso que la vida misma por el tiempo que desgrana. El tiempo más valioso.

Error errático

Atrévete si puedes. Dime que no. Dime que mis manos no se tensan, contigo o sin ti, y que no aprieto mis puños en sueños para retener mis pasos. No puedo hacer que el tiempo retroceda, así que rompo el presente en pedazos para hacer un camino enlosado que no tenga nada que ver contigo.
Deja de distraerme. Deja de mirarme. Deja de arañarme, y dime que no.
Atrevete a verme equivocada. Déjame en paz. Sal de mi cabeza, quita tus manos de mis recuerdos, aparta tus garras de mi insomnio. Vete, Bestia, hoy no.
Déjame con mis pensamientos. Déjame no hacer el loco, la estúpida, déjame crear.

El desgarro más profundo

Al menos el día, Bestia, me ciega y no me deja ver tus fauces mientras te beso.

Raíces

A veces todo mi ser se aúna en una única y mala, malísima idea. Y retener los músculos, morder la piel, arañar la idea hasta hacerla volver atrás es tan doloroso...
A veces te entiendo, Bestia mia. A veces nos parecemos.
Tal vez seas tú quien me estira hasta hacer irreconocible la pesadilla.

El título bañado en blanco

Casi puedo recordarme bajo el agua. El más insincero de los versos danzando a mi alrededor muy elegante-mente, decorando un infinito azul corazón bajo sus alas desinspiradas.

La respuesta siempre será 42. O no, tal vez ese es el lugar.

¡Gracias, gracias, gracias! ¡Muchas gracias!
Da igual: con nieve o calor, esa campa siempre será esa campa. Voy a amarla hasta que mi cuerpo pueda formar parte de ella.