-Por favor firme aquí; y aquí, y aquí, y aquí, y aquí, y...
El monton de hojas por firmar parecía interminable. El joven sintió que la embriagante sensación que lo había embargado en un principio se desvanecía y daba paso a una dolorosa opresión en el pecho; se desasosegó, la mano comenzó a temblarle. Más firmas, más firmas, más firmas... comenzaba a desesperarse.
-¡Tenga cuidado! No debe cometer tantos errores. Procure calmarse.
Se controló un poco, pero por dentro seguía temblando. Estaba asustado, ¿y si se equivocaba?
Las hojas por firmar habían reducido su número cuantiosamente; la ansiedad hizo su aparición. Estaba deseoso por terminar, pero el tiempo transcurría demasiado lento; firmaba a la velocidad del rayo, mejorando su trazo con cada nueva firma. El ejecutivo comprobaba con una sonrisa de satisfacción el ir y venir del bolígrafo.
La última hoja fue dejada en el montón. El joven sonrió tímidamente; la ilusión se entremezclaba con una sensación de inseguridad. ¿Y ahora?
-Enhorabuena, está usted enamorado.
Kyyyyaaa! Mola! Me encanta! (sabes que, sabes, he conseguido poner musiquita en mi blog, mas guay! ^^)
ResponderEliminarSI??? Ala, yo quería hacer eso, pero no me dedique mu a fondo jejejeje
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