Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
martes, 26 de octubre de 2010
Nuvole Bianche
Para ti, mi nuvole bianche, mi triste comienzo y hermoso crescendo, este pequeño trozo de lo que siento y pienso, porque fuiste tu quien me ayudó a descubrirlo; "perché sai che quello che dico è sempre vero, e tu sai che ti amo."
Hay veces en que, casi sin querer, rozamos las nubes con la punta de los dedos. Esas nubes blancas, frías y lejanas, tan cercanas al azul del cielo que casi se funden con él, esas nubes que albergan todos nuestros sueños, son nuestra felicidad; y cada vez que las tocamos, llueven sonrisas y lágrimas. Porque aunque no queramos, aunque no creamos en la felicidad, somos más que capaces de traerla a nuestra vida.
A mi, que como todos los humanos varias veces he caído y herido en la pequeña y simple realidad, los cambios me han llevado a comprender que, tanto en nuestras grandes ilusiones como en los pequeños detalles, están sujetos los hilos que mantienen nuestros sueños entre las nubes, y que jamás deben ser cortados; porque la avaricia rompe el saco, dicen, y al tratar de llevarnos toda la felicidad ésta se nos escapará entre los dedos como un jirón de niebla, una falsa ilusión. Dejemos que la felicidad venga y vaya allá lejos, en el cielo azul; porque es a ese mundo al que pertenece, y nosotros no podemos sino aprovechar cada momento y cada persona que nos lleve a rozar, con la punta de los dedos, esas lejanas nubes blancas.
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