AMAZONA- (Se lleva la mano al corazón) ¡Ay de mí! ¡Herida me hallo! (Apoya la espalda contra la pared) Cruel destino, ¿serás capaz algún día de dirigir con acierto su flecha? Pues esta herida duele más no es mortal, y será peor cuanto más tiempo abierta esté; y sé que no sanará...
(La amazona camina de manera inconsciente, jugando nerviosamente con sus cabellos)
¡Qué profunda, qué certera la espada de Eros! ¡Malditos mis traicioneros sueños, que cada noche engañan mis sentidos y ponen mis labios sobre los suyos; y como si poco fuese esto, al cumplirse ese mi deseo algo me desvela... y amargas lágrimas enmarcan mi triste realidad! (Con voz desgarrada) ¡Amada princesa, princesa luna que guías mi camino... luna, por hermosa e inalcanzable! ¡Sea mi vida tuya como ya lo es mi corazón!
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