Delfines rellenos de chocolate y besos de magdalenas rosas. ¿Qué locura hay más loca que no intentar ser feliz?
Locuras que saben que la tristeza será mentira si así lo creemos, locuras que hacen de la vida tres trillones de pequeños detalles; felicidad para los locos, los de remate, que ni tontos ni perezosos vivimos de las pepitas de una sandía.
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