Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
domingo, 12 de junio de 2011
El chico que bailaba con las farolas
Luca nunca pidió amor.
Solía ir al parque de noche, solo, arropado con su chaqueta de cuero y su aspecto de poeta de café caliente; le gustaba tatuar la corteza de los árboles con frases para ella, su luna, y dejar marcas de cigarrillo señalando el banco donde aquella chica solía sentarse.
Y ella no sabía que Luca nunca le pidió amor.
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