Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
La precisión del instante en que el chico le guiñó el ojo, mientras una paloma cruzaba su campo de visión con un espectacular vuelo rasante, le pareció adorable.
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