jueves, 10 de noviembre de 2011

Noches en las que la luna lee cuentos



Yo solía saber
...o quería creer, no estoy segura,
que era el aire el que cantaba solo;
y las hojas
secas
caían solas por su propio interés.
Y una noche quise creer,
o pude saber, quién sabe,
que la luna canta a veces con el aire,
que le gusta empañar
con vaho
los cristales del autobús;
y escuchar el crujido de las hojas
que caen secas hacia arriba,
ignorando toda ley de gravedad.
Y sentir el vuelo sobre mis labios
de una mariposa
que ha hecho de mi piel su hogar;
y al rozarme,
como una caricia cargada de ternura,
siento un profundo abrazo,
y tu nariz fría
refugiándose en mi cuello.

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