Dime, ¿te llevaste mi respiración?
No entendiste que yo quise el mar en la azotea, y pintar de ortografía las puntas de mis dedos. Tan complicadamente sencillo de ver, fui translucida tantas primaveras...
Tan valiente para suspirar, y no más que un puñado de suerte y buscada ingenuidad.
¡Disculpa mi osadía!
Pero te quiero y quiero vivirte, tal y como vivo mis minutos verdes
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