Acabo de darme cuenta de lo bonita que es la bombilla de mi flexo.
Y desde mi ventana, si me esfuerzo mucho mucho, puedo ver el mar; un mar naranja, que sólo se ve en el cielo al atardecer.
No necesito la duda para saber que puedes decirme la verdad. Cada vez que dejas una nota sin que nadie se de cuenta, los cristales de la estación tiemblan; el trueno se desata. Cambia el mundo con la fuerza del choque.
Este es el nivel al que estamos jugando. Y ya me gusta.
Yo también soy mucho de juegos.
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