Ese roce imperceptible, esa imparable caricia de la vida que hace temblar al universo... ¡Renace! '¡Renace en ti, en todas esas cosas que tú eres, y déjate ser el mundo, el trueno, la chispa, el bello ser humano que nunca dejaste de ser!
Tengo miedo de los trenes de ida que están vacíos, y de las cartas de despedida sin remitente. Me asustan los horizontes y la niebla, los finales y los comienzos me aterrorizan. Pero me gustan los sinsentidos y las tormentas.
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