No le voy a poner remedio a las cosas que no lo tienen. Si el problema tiene solución, se afrenta; si no la tiene, ¿para qué comerse la cabeza?
Tal vez dé miedo estar fuera de la jaula. Pero desde dentro, eso no debe juzgarse; no, sin haberlo conocido. Y hay demasiadas cosas por conocer, tanto en un extremo como en el otro.
Si hay que pasarlo mal, se pasará. Pero tengo que decir que más allá del suelo no se puede caer, y si consigues encontrar algo que te hace feliz en él, todo lo que venga por encima te subirá hacia arriba. El único infierno está en hundirse a uno mismo, en arrancarse las alas cada vez que están por nacer.
Y eso no ocurrirá. Aún quedan muchas tardes bohemias, muchos planes, muchos lugares por conquistar.
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