jueves, 27 de octubre de 2011

Aquella servilleta con forma de rosa

Y sentada delante de aquella mesa de bar, por la que habían pasado tantas manos, dibujaste una sonrisa en el reflejo de la cucharilla; y yo quise morir ahogada en tu café solo con azúcar, para acompañarte.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Lienzos que nunca estarán en blanco

Tanto el tiempo como el silencio pueden pintarse. Pueden llenarse, saturarse, ser translúcidos, lineales, circulares, y acabar en ser no más que momentos, no menos que instantes. Pueden llegar a ser todo lo que deseamos, lo que necesitamos, lo que jamás pensamos que llegarían a ser; pueden causar lágrimas, sonrisas, ideas, olvidos, recuerdos, y todas aquellas cosas que se escapan a nuestro control.
Un simple gesto puede pintar un instante. Un simple instante puede pintar un silencio. Un simple silencio puede pintar el tiempo.

martes, 25 de octubre de 2011

Distancia de palabra

Y cuando más necesito un cuaderno, más lejos está.
Idiota es quien sonríe cuando está pidiendo ayuda a gritos silenciosos. Idiota es el que sabe mentir y lo usa para esconderse. Idiota es el que tiene miedo a necesitar.
Se dice que los gatos son especialmente idiotas.

Tres de las sonrisas del mundo

And things won't ever be the same
as your smile fixes the sun in the sky
and it seems to be always in sunset

So be proud 'cause you're happy
And your happiness is all I need
With that smile that stops the time

And you're here, sitting on the floor,
giving me the seconds I need to be sane
with that smile I really can't stand

...that smile just makes me feel alive

domingo, 23 de octubre de 2011

Con esa necesidad de odiarte

Te odio.
Te odio, por ese último beso en la estación. Te odio, porque no hubiera subido a ese autobús. Te odio por hacerme sonreír como una idiota cada minuto que pasa. Te odio por tus palabras y tu voz, por tus manos, por tus caricias. Te odio cada vez que pienso en ti.
Te odio, por la única noche en la que no te he echado de menos; por tus risas, por tu respiración, por tu ropa en el suelo, por tu timidez. Te odio por haberme acelerado el corazón, por cambiarme el humor cada dos segundos.
Te odio por saberme yo, por sentirme yo, y por dejarme sentirte. Te odio.
Te odio, te odio, porque odiar es una dependencia, y yo dependo de ti.
Y por eso, porque te odio, te amo más de lo que hubiese imaginado ser capaz.