martes, 30 de octubre de 2012

La gran resistencia

Te revuelves en mis brazos. Respiras, y me haces cosquillas.
No nos movemos; ni tú, ni yo, ni el tiempo. La noche parece hacerse eterna en un instante.
Mis ojos se acostumbran a distinguirte sin luz; pero no consigo separar tu cuerpo del mío, por más que te miro.
Sé que duermes. 
Y aunque no quiera,
sé que yo 

también


acabaré




dor

mi...

da...