viernes, 28 de marzo de 2014

Madre, Tierra, tú y tu humanidad

He amado, y he perdido.
Escucha mi canto, humano. Jamás volverá a ser igual.
Desde el principio he sangrado por ti.
Mi vida, mi ser, ha pasado a ti
desde que despertaste en este universo oscuro.
Naciste en una explosión de amor,
entre destellos de estrellas.
Es tan simple como millones de años concentrados en carne y piel
en emociones que revientan las barreras de lo que ni siquiera conoces.
He amado y he perdido
en un simple e inmenso estallido;
todo mi cielo se ha extinguido y ha vuelto a nacer por ti.
Has caído sobre mi tantas veces que no puedo contarlas
tantas como me has amado y me has odiado,
tanto como yo te quiero, como te siento.
Me quemas. Me rompes, me ciegas, me violas, me desangro por tus miles de heridas.
Pero ambos latimos con la fuerza que derrochamos en amar;
aunque nos quedemos sin sangre,
la vida seguirá siendo una simple, inmensa y eterna explosión.