jueves, 23 de agosto de 2012

Desnudez, sudor, pánico

Te echo de menos, Bestia. Como siempre, como nunca, todos mis pensamientos me llevan a la idea de que no puedo vivir sin ti. Sin mi virtud, sin mi fuerza, sin mi muerte prematura, sin tus garras, sin la brillante y dulce locura de mi sinvivir conviviendo contigo, Bestia. 
No te voy a sobrevivir, Bestia. 
Mala Bestia, Bestia de mis pesadillas, de mis sueños, de mis noches, de mis echarte de menos.
Te echo de menos, lobo, león, pájaro, tiburón, mantarraya, Bestia, mi Bestia, tu Bestia, tu... tú. Tú, mi yo, mi nada. Tú.

lunes, 20 de agosto de 2012

Marfil

La blancura de cada movimiento descansando sobre mi espalda. Notas elegantes que danzan sin ritmo, pero a tiempo.
Y todo está en penumbra; todo es cálido.
Crece, y encuéntrame. Cree en mí, y encuéntrame.
Desiste de mí, y ámame. Por esa forma que tengo de dejar de ser yo, de salir de mí,
-de mí, sin límites-
ámame para poder no amarte, para ser constante, para tenerte, para ser tú en mí, en todas las cosas que podemos ser y que llevamos sobre la espalda. Para amar con esa elegancia de quien no pretende nada.
Con la finura de la arena,
la suavidad del cristal,
la blancura del marfil.

Simas, lo salvaje

Bestia, ¿puedes moverte?
Los engranajes se han puesto en marcha. De nuevo, vapor y velocidad.
¿Lo oyes?
Es alambre, metal y martillos; el mecanismo chirría. Bestia, salgamos de aquí.
Vamos a contemplarlo todo desde fuera, desde el universo, desde la creación. Desde el amor y el cambio, cambio de brillo metálico, de tonos verdes y blancos, cambio desde el cielo, desde dentro, desde la destrucción.
El abismo comienza a moverse.