lunes, 13 de mayo de 2013

Con delicadeza


Y déjame que te diga que echarte de menos es una mierda
porque yo no quiero echarte de menos;
yo quiero los rincones que encontramos juntas,
las calles que perdemos juntas,
los abrazos que llenamos juntas,
la locura con la que el tiempo siempre termina.
Déjame que te diga que echarte de menos es una puñetera mierda.
Casi tan mierda como lo que hay detrás de mi sin ti.

Los verdaderos tambores te anuncian por dentro

Déjate caer en la cama. Olvídate de cómo se escucha. Olvídate de como se piensa. Olvídate de tu nombre, de tu cuerpo, de que te has dejado caer.
¿Te oyes?
Es el momento de conocerte. ¿Quién se presentará primero?
Qué emoción. Jamás te habías conocido. Estabas ansioso por hacerlo. Eres tan famoso, te han mencionado tantas veces... ¡qué ganas, qué ganas!
Aquí no hay decepción que valga, eres demasiado grande, demasiado fuerte, eres demasiado tú para que tú mismo dejes de serlo. Aguanta esos nervios, respira hondo, cálmate. Ya vienes. Puedes sentirlo, tu corazón se ha hecho pesado en cada latido; la sangre llega a cada parte infinitamente pequeña de tu cuerpo, y se va para volver, como una fiel amante de tu vida. Tu-tum, te oyes llegar con ese paso tan tuyo. Tu-tum, tu-tum, tu-tum, y sabes que esta es la cita más importante de tu existencia; tu-tum, tu-tum, los nervios son tan dulces...tu-tum, tu-tum, tu-tum, tum, tum, tum...
Tú-
Tú-
Tú-