sábado, 20 de septiembre de 2014

Perdimos. Nos encontramos. Nos hicimos.

-K-
Lo primero que perdimos fue la esperanza. Perdimos cosas que no habíamos pensado, que ni siquiera conocíamos. Perdimos orgullo, valor e inocencia. Perdimos fuerza, pasos hacia delante y borrones en la cuenta de permanencias.
-n-
Perdi...perdí a mi Bestia. Y eso es bueno. Nos perdimos, Bestia, y nos encontramos mejores. Encontramos lo esquivo, lo realmente solitario, las esquinas de habitaciones año tras año. Refugios fríos en casas cálidas, compañeros y no amigos, pero refugios a los que tú (Bestia mía, mi amiga, mi yo...) te acostumbraste y llamaste hogar.
-M-
Lo que perdimos, lo que rechazamos, ajeno a nuestra sangrante lucha, Bestia...lo que perdimos era lo que amábamos de nosotras, la parte del "yo" que no era "yo". Lo perdimos por nuestro afán de conocernos mejor, sin saber...
-12-
Sin saber. Pero sabíamos que lo perderíamos. Y parte de lo que perdimos fue bien perdido. Sólo en parte, cambiamos para rozar nubes y dormir sin preocupaciones.
-17:-
Lo que perdí. Por estupidez, por sufrimiento, por dramatismo adolescente, por lo que pudiera ser y porque entendí que mis manos no podían moldearlo todo, trazarlo todo, abarcarlo todo. Lo que perdí porque yo me alejaba y lo veía todo desde lejos, porque fui idiota y me tragué la mentira del espejo.
-41-
Lo perdí por dejar de amarme, y era yo quien dejaba de amarlo. Y no podía superarlo, Bestia. No pude superarlo.